miércoles, 30 de abril de 2014

MIEDO A HACERSE MAYOR

Es muy común los miedos en l@s niñ@s, sobretodo hasta los 7-8 años, debido a que están investigando y descubriendo el nuevo, y por ello cada día es una nueva aventura, cada día hay alguna novedad que contar, o algo nuevo que les sorprende.
Pero en este caso no os voy a hablar de esos miedos a cosas que ven y/o exploran, si no de un miedo que poc@s niñ@s lo manifiestan abiertamente, pero es más normal de lo que pensamos y que les crea, en determinados momentos, ansiedad, debido a que no saben que se espera de ellos, no saben qué es eso de HACERSE MAYOR, algo que se puede observar en Peter Pan, el niño que nunca quería crecer.
Para trabajar con l@s niñ@s, además de ser bueno el ver la película de PETER PAN, y trabajarla con l@s niñ@s, donde el mensaje deberá ser que el hacerse mayor y aceptar responsabilidades de mayores, no quiere decir dejar de ser niño y disfrutar de las cosas que ahora disfrutan, como los juegos, parques,..., pero también con cuentos y aquí os dejo uno de  cuentos infantiles cortos

LA NIÑA QUE QUERIA SER MAYOR  

Cuando yo era pequeña, todo me parecía gigante, mi casa, mis padres, mi hermano mayor, mi camita.
Era tan pequeña, que el mundo resultaba gigante, asombroso, y no digamos el sol, la luna por las noches, y hasta las estrellas, porque como había tantas parecía que se juntaban.
Y hasta Dios me parecía enorme, grande, aunque no lo veía, pero lo imaginaba. Cuando paseaba en los atardeceres de verano por las praderas  de mi pueblo, sabía que El iba conmigo, hasta ahí bien, pero luego empezaban las dificultades, porque yo le quería ver, si él me veía, ¿por qué  no le podía ver y así de paso cantábamos un poco y nos reíamos después?.
Pero no había manera, como cuando le llamaba no aparecía, estaba mudo, inventé otra cosa: me daría la vuelta rápidamente para que no le diera  tiempo a esconderse, y zas, lo pillaría infraganti, detrás de mí. Lo intentaba varias veces y de varias formas, por la izquierda, por la derecha, agachándome, dando un salto, no había forma. Llegué a la conclusión de que no quería que le viera, pero me llenaba de tristeza el no saber porqué.

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